Una oportunidad de grandes expectativas fue cuando me designaron al digno cargo de Superintendente de Bancos de Panamá, durante el periodo 2009 a 2014, donde empecé a trabajar con empeño en el fiel cumplimiento de la misión y visión de esta institución; además de velar por la solidez y eficacia del sector bancario panameño.

Aunque era un campo totalmente desconocido, mis conocimientos en auditoría y contabilidad jugaron un papel fundamental en el ejercicio de mis funciones. Ser auditor me ayudó a tener un conocimiento más profundo de los estados financieros de los bancos y a tener una visión más amplia sobre la realidad de cada uno; de manera que las cifras reportadas fueran claras, transparentes y fidedignas, para tomar decisiones prudentes y justas.

Como en toda actividad, uno crece cada día en experiencia; por eso, conocer y profundizar en la supervisión bancaria fue muy gratificante. Comprender el por qué y para qué es importante que los bancos sean supervisados; sobre todo, para que el eslabón de la cadena no se rompa por el lado más delgado, que son los cuentahabientes, quienes confían en que su dinero está bien protegido. Este supremo valor de la confianza se transmite a la sociedad, por ende, ayuda al crecimiento financiero y económico de cualquier país.

Desde los primeros meses de mi administración, dimos los pasos necesarios para transformar la función de supervisión a un enfoque con base en riesgos. Esto involucraba nuevos procesos, procedimientos y metodología de supervisión de los bancos y grupos bancarios, nuevas tareas y formularios ajustados al nuevo manual: Manual único de supervisión basada en riesgos (Musber).

Esta fue una tarea compleja porque no era solamente la redacción de un manual de supervisión, sino capacitación al personal de la entidad para manejar esta nueva metodología con un número significativo de horas invertidas en esta tarea.

Además, enseñar a los bancos regulados la nueva metodología y lo que ella implicaba para la entidad.

Después de dos años de trabajo intenso, llegó el momento de aplicar la nueva metodología con base en riesgos para los bancos de la plaza. En el camino tuvimos que realizar los ajustes necesarios y valorar los resultados. Por ende, considero que el Manual único de supervisión basada en riesgos (Musber) fue uno de nuestros logros más emblemáticos en esta institución bancaria.

No menos importante fue la adopción exclusiva (se abandonaron los US GAAP) y aplicación de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), como herramienta indispensable para garantizar transparencia, eficiencia, confiabilidad y seguridad en las operaciones del centro bancario. Un paso importante fue la emisión del Acuerdo 006-2012 que dicta nuevas disposiciones sobre normas técnicas de contabilidad de aplicación para los bancos establecidos en Panamá.

En nuestra gestión impulsamos importantes proyectos, como destinar más recursos en tecnología de punta; iniciar la reingeniería de los procesos con el objetivo de lograr el uso eficiente de los recursos de la institución; realizar inspecciones bancarias más intensas; efectuar auditorías de gobierno corporativo; prevenir el lavado de dinero. La gestión del recurso humano fue importante como estrategia para captar a los mejores talentos e impulsar el éxito institucional.

Dimos los pasos necesarios para allanar el camino de la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP) y hoy afronte con entereza las “situaciones no previstas” ante el shock macroeconómico y financiero sin precedentes causado por la pandemia de la COVID-19. En estos momentos cruciales, los bancos desempeñan un papel fundamental como respaldo de una economía con perspectivas positivas, asegurando que los ciudadanos y las empresas tengan acceso a la financiación que necesitan para ahorrar e invertir.

Agradezco al Colegio de Contadores Públicos Autorizados de Panamá por contribuir al fortalecimiento de la profesión y al desarrollo de la economía del país, que plantea grandes retos a nuestra profesión, pero que no hay dudas de que sabremos enfrentarlos y resolverlos con la competencia, responsabilidad y ética que nos caracterizan.