La evolución de nuestra profesión de contador en la época moderna
Nuestra presidente, Aixa Serracín Conte me ha distinguido pidiéndome dirigir a los socios unas cuantas palabras de motivación y experiencia, que he tenido como miembro del Colegio de Contadores Públicos de Panamá desde el año 1965.
En aquel entonces yo recién había obtenido la licencia de CPA y si sacamos cuenta a la fecha presente, he ejercido la profesión por más de cinco lustros. Aunado a esto, he fungido como contador con licencia de contador desde que obtuve mi licencia de contador, cuando me gradué de perito contador en el Colegio Javier en el año 1958. Es decir, tengo más de 60 años ligado a la profesión de contador.
Considero que he transitado por la profesión de contabilidad en su época de mayores cambios, desde la mutación del contador, que era un simple historiador de los eventos comerciales de una empresa, hasta que ese contador fue substituido por las máquinas de contabilidad y hoy, el profesional de la contabilidad delegó tales registros de la contabilidad a los distintos programas, llámense PeachTree, Quickbooks, etc.
Estos sistemas pueden variar de los más sencillos a lo más sofisticados, pero siendo la mayoría de las empresas cuyos modus operandi son generalmente repetitivos, una vez enmarcadas las operaciones cotidianas de la empresa, el registro de las transacciones se vuelven repetitivas mes a mes.
Los primeros contadores eran unos verdaderos historiadores que registraban los acontecimientos financieros de las empresas en una especie de libro diario de historia financiera, con letras dignas de escribir una biblia. Evocamos de esta etapa el dibujo/retrato de Norman Rockwell The Accountant, donde captó al contador con una visera verde, mangas arremangadas con ligas, en una esquina obscura de la oficina.
Con el advenimiento de los sistemas de contabilidad electrónica, la labor del contador ha sido delegada, en muchos casos, a un personal secundario para que genere las entradas primarias para que el sistema procese la información. Así, la labor del CPA dejó de hacer simples registros primarios y se elevó a la interpretación de los estados financieros. Es decir, de tenedor de libros se transformó a ser consultor/asesor de las empresas.
Pienso que ésta es la transición más importante que ha sufrido favorablemente el CPA en los últimos 75 años.